Después de un largo viaje en tren, Ryohan al fin estaba más cerca del área a la que apuntaba el emblema.
-Bien, la señal sigue activa ¿Ah? Pero, esa zona es casi un páramo seco por lo que eh oído. No, no puedo dejar que eso me frene, si voy preparado estaré bien. Ahora, a comprar provisiones. Miro el emblema con un brillo marrón y fue a comprar agua y suministros. La emoción era evidente en su cara.En un terreno casi árido unos venados se alimentaban de las pocas plantas que había. Sin ser conscientes de que eran acechados por un grupo de cazadores, no los convencionales.
Eran habitantes del páramo, miembros de una tribu residente de esas tierras, pero no eran humanos.
Eran gente bestia con una gran diversidad de especies. Sigilosamente se acercaban para lograr matarlos rápido. Una mujer venado se colocó en posición para dar el primer golpe.
-Ten cuidado Dona, no los hagas sufrir.
-Lo sé, trataré de que sea de un solo tiro, prepárense.
Se empieza a sentir un ligero temblor.
-[No….no ahora] - ¡Todos, debemos alejarnos!
-No hace falta.
-¿Eh? ¿Sabure?
Junto a ella apareció un hombre bestia del tipo lobo. Un gran lobo gris que portaba únicamente una especie de tapa rabos mientras empuñaba una lanza con un diseño peculiar. La chica venado y un mapache lo miraban con gusto y alivio.
-Oh, señor Sabure, que bueno verlo.
-Sabure, se está acercando uno, no podemos dejar que nos quite las presas.
-Lo se Dona, yo me encargare. El joven lobo se puso en posición para saltar. -Puedo olerlo. Manténganse alerta. Todos se ponen en posición. -Dona, carga tu arco por las dudas, los demás, síganme.
-Sí señor.
-Ten cuidado, no quiero darle malas noticias al jefe.
-Ja, ja, ja, ja. No te preocupes.
Sabure y el grupo se movilizaron, Dona sonrío, y preparo una flecha. El grupo se mueve lo suficientemente lejos para no asustar a la presa. Mientras, Sabure parecía buscar algo. Entonces se vio como se alzaba la tierra.
-¡Ahí viene! ¡Rwaa! Su pelaje se eriza un poco
De la tierra salió un insecto gigante, un ciempiés; cuyas patas y boca tenían un color rojizo poco común. Entonces, Sabure salto y lo apuñalo directo en la cabeza, logrando provocarle un poco de daño, pero no basto. Derribo a Sabure y trato de atraparlo para devorarlo.
Los venados trataron de escapar, pero corrieron hacia el grupo de cacería que se desplazó hacia el lugar al que vieron que correrían. Los atraparon y trataron de acabar rápido con ellos.
-Estamos agradecidos, nos ayudarán a aguantar por varios días ¡Los honraremos viviendo al máximo nuestras vidas!
Después de cazarlos, se retiraron y Sabure le corto varias patas al ciempiés que se notaba, deseaba atraparlo para destrozarlo.
-Vamos, acércate ¡Vamos! ¡¿Qué esperas?! Dice enseñando los colmillos.
El ciempiés se lanzó de lleno para tratar de atraparlo, en eso, el joven lobo concentro su fuerza para lanzar un ataque especial, solo necesitaba que se acerque lo suficiente
-Eso es, acércate ¡Ahora! ¡Gravity Crush! (aplastamiento de gravedad).
Provocó que el ciempiés quedara con la cabeza pegada al suelo. Este lobo tenía la habilidad de controlar la gravedad, era su talento. Junto con sus habilidades para pelear, sus garras y colmillos; y su lanza, era un guerrero letal e imparable.
Se preparó para asestarle el golpe final, pero un poco lejos de ahí salió otro ciempiés que lo iba a atacar, pero su cabeza fue atravesada por una flecha, la cual estaba cargada de poder. Era la habilidad de Dona, la chica venado.
-¡Gracias Dona!
-¡No agradezcas! ¡Mátalo ya!
Sabure salto y aplasto la cabeza de su oponente. Estos ciempiés eran duros y podían sanar rápido, pero él y su tribu tenían la fuerza para cazarlos. La chica venado reacomodo su arco y corrió hasta donde estaba su compañero, el lobo lancero.
-Bueno, eso fue rápido. A este paso tal vez podamos matar a todos los ciempiés ¿No crees?
Ella notó que Sabure estaba preocupado, estos ciempiés han hecho la vida muy difícil para ellos por mucho tiempo. Dona se acerca más.
-Oye, Sabure. Toca un poco su brazo.
-¿Ah?......Ah, lo siento, me distraje ¿Necesitas algo, Dona?
Ella lo miraba con un gesto de preocupación, sabía que se esforzaba mucho para que esos insectos no atacarán la tribu. Sin importar si estaba cansado o herido. Trato de que pensara en otra cosa.
-No…solo decía que deberíamos volver, al fin podremos comer carne. Espero que haya suficientes corazones de Gaia para acompañarla.
-Sí, bueno, me gustaría. Pero creo que veré si cazo algunos más.
-Necesitas descansar y comer algo.
-Puedo comerme los ciempiés, tranquila.
-[Ni cocinados saben bien, no solo no saben bien, son incomibles. Sabure, sé que te preocupa mucho la tribu, pero piensa un poco en tu bienestar también]…Está bien, pero al menos toma mi agua, la necesitarás si vas a estar más tiempo aquí.
-¿En serio? Wow, gracias Dona, siempre estás muy atenta por todos.
-Ese eres tú. Bueno, yo voy de regreso, no tardes mucho; el jefe no querrá comer si no estás.
-Lo intentare, volveré no tan pasada la noche, lo prometo. Bueno, nos veremos luego. Apoya su lanza en su clavícula.
-Sí. Recuerda, no te excedas.
Dicho eso, Sabure asintió, puso su lanza en su boca y corrió en cuatro patas, Dona lo miró con un semblante preocupado y se puso en marcha para regresar, susurrando por la seguridad de aquel lobo.
Ya había llegado, y todos la recibían en su variada comunidad. Había niños carnívoros y herbívoros jugando juntos y algunas familias inter especies. Ella llegó a la guarida del jefe de la tribu, quien era un lobo gris que se le notaba su experiencia. La chica se apoyó en una rodilla para reverenciarlo.
-Bienvenida Dona, buen trabajo. Tú y el grupo de caza consiguieron un buen abastecimiento. Levanta la mirada, mostrando sus ojos feroces por naturaleza.
-Gracias jefe Galat, les dimos una muerte indolora y con total respeto.
-Así se hace, dime ¿Dónde está Sabure?
-Él, bueno…sigue buscando ciempiés.
-Ay, ese muchacho. El jefe se frotaba un poco los ojos con una mano.
Mientras, Dona pensaba si su amigo se encontraba bien. Entonces el jefe se acercó y puso su mano en el hombro de ella.
-Descuida, sabes que él no caerá contra esos insectos. El chico es torpe, pero para las batallas es un prodigio.
Dona sonrío con esas palabras, aunque seguía preocupada.
-Jefe, después de comer me gustaría trabajar en el proyecto. Entre más tiempo trabajemos en él, más rápido estará listo, y podremos poner a todos a salvo.
-Sí, pronto estará listo…..pero primero debemos comer; si no, no duraremos una vez lo terminemos. Anda, ve y date un manjar.
-Sí, ah, ¿jefe Galat, vendrá?
Galat toma un jarrón lleno de unas frutas, y uno lleno de agua.
-Sí, pero esperare un poco, primero disfrutare de una entrada, coman ustedes primero. Galat se mete algunas frutas en la boca y toma un buen trago, Dona asiente y se retira. Ella sabe que el espera a su hijo, Sabure.
-Cielos ¿Por qué padre eh hijo se cuidan tan poco? [Debemos acabar el proyecto para terminar con esta manera pesada de vivir. Lo que nos espera en el futuro será difícil; pero, prefiero eso a quedarme aquí con esos malditos monstruos acechándonos. No nos vencerán ¡Jamás!]
Dona estaba sumergida en sus pensamientos, hasta que la llamaron para ayudar con los preparativos para la cena. Esbozó una sonrisa para no preocupar a su grupo ni a los niños.
Llegando la noche, todos disfrutaron de variados platillos hechos de venado, desde carne asada hasta sopa. Dona estaba pensativa por la situación de la tribu, su amigo y su líder, pero descansando un poco gracias a la compañía de los más jóvenes.
-Tenga señorita Dona, la sopa esta deliciosa, tiene que probarla.
Dona sonrió y sentó al pequeño niño zorro a su lado para que coman juntos.
-Gracias, que amable.
A pesar de la situación en la que estaban, la tribu se esforzaba mucho para seguir en pie. El panorama de todos disfrutando la cena hacia parecer que no tenían ningún tipo de problema. Dona estaba decidida a protegerlos a todos, cueste lo que cueste.
-[Sabure, yo. No, todos debemos esforzarnos, regresa pronto. Debes disfrutar de lo que proteges.]
En otro lugar, aquel joven lobo estaba aprovechando para comer a una de sus presas. Transcurrió gran parte de la noche y solo enfrento a tres ciempiés.
-Cielos ¿cómo pueden unos insectos tan grandes ocultarse tan bien? Aaah…bueno, no queda de otra, continuare buscando, ñam…..si, esta horrible…. ¡Esta horrible! ¡Agua, agua!...Ah. Después del trago se pone serio. -No dejare que hagan lo que quieran, los derrotaré…lo hare.
Sabure miraba fijamente su lanza, entonces, se escuchó un estruendo en una dirección algo lejana, donde él percibía un olor con el que ya se familiarizo.
-Muy bien. Comió lo que pudo y se puso en marcha.
En un agujero formado por un ciempiés, salió alguien que cayó durante una persecución, era Ryohan. Se limpió el polvo y la tierra y se puso alerta.
-Ya estaba teniendo dificultades con el calor, y ahora esto…..Ese insecto también tiene poder demoniaco, increíble. Por suerte arroje mis cosas lejos cuando salto a atacarme.
Permanecía atento ante cualquier movimiento de la tierra, respiro profundamente, cerró los ojos y se puso en posición para desenfundar.
Se dio cuenta de que algo estaba cerca del pozo, jalo el cordón de su funda y tomo su espada, sacándola con cautela. Escucho los pasos de algo acercándose a gran velocidad, pensó que podría haber alguna otra criatura además de los ciempiés.
Se escuchó como lo que corrió saltó al pozo, era Sabure, quien agarro con fuerza su lanza y se la arrojo a Ryohan, quien al escuchar cómo se acercaba aquella arma hacia él, blandió su espada y la usó para frenar el ataque; siendo así ligeramente hundido en el suelo. Al final la lanza cayo.
Ryohan se acomodó y vio erguirse en dos patas a quien lo ataco.
-Tú no eres un ciempiés, pero apestas similar a ellos….grrrr…acaso, maldito ¿Tienes algo que ver con ellos? ¿Estás detrás de ellos? ¡¿Eh?!
-[¿De qué está hablando? ¿Acaso también lo atacaron los ciempiés?] Si te refieres a los insectos gigantes, yo no tengo nada que ver con ellos.
Ese comentario hizo enojar al lobo, y se lanzó al ataque.
-¡No mientas! Prepara sus garras y corre hacia Ryohan.
Ryohan evito su ataque con un salto hacia atrás. Sabure saco con furia sus garras que se hundieron en el suelo y recupera su lanza.
-No puedes engañarme, apestas a ciempiés; tu olor es muy semejante al de ellos. Algo tienen que ver contigo.
Ryohan quedo impactado, nunca lo habían incriminado por su olor.
-Espera, estoy diciendo la verdad, yo solo…. ¿ah?....mí…mi cuerpo. Ryohan sintió su cuerpo cada vez más pesado, hasta el punto en que se tuvo que arrodillar por el peso. -[¿Qué es esto? Mi cuerpo es tan pesado como una piedra gigante ¿Por qué?]
-Te descuidaste, seguro que si acabo contigo los ciempiés se calmarán. Sabure alzo su lanza para asestar un golpe mortal. Ryohan hizo lo que pudo para alzar la cabeza.
- ¡Descansa en paz! ¡Hombre de los ciempiés!
Justo cuando estaba por lanzar el golpe, Ryohan lanzo algo de energía por su boca, golpeando a Sabure en el hocico, provocando que se desconcentre y así logra retroceder. Ryohan tose un poco y se limpia la saliva; Sabure lo mira con furia, escupe y se lanza al ataque.
-¡¿En serio debemos pelear?!
-¡Tú te lo buscaste!
Empieza un choque de armas, Ryohan desvía varios intentos de ser apuñalado. Casi recibe un golpe mortal por una garra, libera su poder rompiendo sus vendas y golpea a Sabure en el rostro. Lo aparta con algo de energía antes de ser empujado hacia el suelo por la gravedad aumentada.
Ambos se levantan. Ryohan mira el zarpazo que recibió en el brazo, Sabure limpia su nariz y se preparan de nuevo.
-[Es fuerte, maldito hombre ciempiés]. Admito que sabes pelear, pero necesitarás más que eso ¡Mucho más!
Se iba a reanudar el combate, Sabure pego un salto nuevamente. Ryohan empuño con fuerza su espada, se preparó para evitar la habilidad de Sabure. Y cuando ya estaban cerca, se sintió otro temblor que lo hizo tambalearse. De golpe se levantó la tierra y salió un ciempiés, pero este parecía más grande de lo habitual. Ryohan se sostuvo como pudo y Sabure recibió un golpe que lo hizo caer de lleno al suelo, logrando rodar para esquivar el ataque directo del insecto, aunque recibió algunos arañazos en la espalda, Ryohan se movió a donde estaba el, Sabure se levanta tan rápido como el dolor le permite.
-Lo sabía…agh, eres… ¡Eres el que los controla! ¡Se acabó, estas acabado! Entonces salto sobre Ryohan tratando de acabar con él, pero Ryohan no lo permitiría. Sostuvo sus dos garras, pero recibió una mordida entre el hombro y el cuello.
-¡Agh! ¿Por qué? Detente…
Ryohan vio que regresaba el ciempiés, así que puso toda la fuerza que pudo para apartar a Sabure, siendo capturado por el ciempiés.
-¿Ah, porque me salvo?...imposible…entonces no era… ¿ah?
En la boca del ciempiés se veía un brillo rojizo, y que estaba siendo golpeado en ella. Sabure estaba asombrado, entonces reacciono y tomo su lanza; empezó a ejercer su poder sobre la cabeza del ciempiés para que cayera. Entonces Ryohan logro salir rompiendo parte de la boca del insecto.
-Ah, ah, ah. Lo logre. Se limpia un poco de la baba. Ryohan mira a Sabure acercándose, poniéndose en guardia.
-Espera, no, tranquilo….ah, ah, lo vi. Si controlaras a los ciempiés, ese no te habría intentado tragar.
-Ah, ah…Te lo dije. Ah, ah… no tengo nada que ver con los ciempiés.
-Ahora lo veo, déjame compensarte por las heridas…después de acabar con eso, claro.
-Sí, estoy de acuerdo. Ahora ¡Salta!
Sabure capta la advertencia y esquiva al enfurecido ciempiés que suelta un grito de dolor y furia. Ryohan logra tomar su espada y se arremanga, dispuesto a terminar con esto.
El ciempiés trata de atrapar a Sabure, el esquiva su ataque y ve que Ryohan le hace la señal de atraerlo hacia él. Capta la señal, corre hasta quedar cerca de él y salta, el ciempiés se levanta para seguirlo y ahí Ryohan lanza su ataque.
-¡Toma esto! ¡Blood Slash!
Él ataque despedaza todo el frente del insecto, quedando quebrado, entonces Sabure aprovecha y pone mucho poder sobre su lanza y sobre él para dar un golpe certero. Sintió que necesitaría más fuerza contra este ciempiés.
¡Desaparece ahora! ¡Crushing Gravity! (Gravedad Aplastante).
Ese golpe despedaza al insecto y deja un gran hoyo en el suelo, los restos al poco tiempo dejan de latir, no pudieron soportar ese daño. Sabure se sacude para limpiarse y Ryohan se acerca a ver si está bien. Siente alivio y se limpia los restos que quedaron en su cara. Sabure trepa para ir hacia donde él estaba.
-Eso fue asombroso, eres muy fuerte.
-Gracias. Oye, lamento lo de hace rato, pero el olor era similar.
-Lo entiendo, tranquilo. Mira, yo soy mitad demonio, al igual que el ciempiés.
Sabure se asombra con el brazo de Ryohan, ahora que lo veía de cerca, notaba que no era el de un humano, y lo olfatea un poco.
-Vaya…con razón me confundí, el olor a ciempiés, más bien, a demonio, es similar en los ciempiés. Perdóname, me deje llevar por eso y te hice daño pese a que me dijiste que no tenías nada que ver.
-No te preocupes, me ayudaste a derrotar al ciempiés y me salvaste de ser su comida, con eso es suficiente.
-Pero también te hice muchas heridas. Se acerca con algo de preocupación.
-Ha, ha, ha, descuida, ya me estoy curando. Tengo la habilidad de regenerarme, las heridas ya casi desaparecen ¿ves? Aparta su chaqueta y su camisa para mostrarle la herida, Sabure ve cómo se va cerrando lentamente la marca de sus dientes en su clavícula y su trapecio. Sabure frunce el ceño, molesto consigo mismo.
-Aun así, no puedo quedarme tranquilo después de provocarlo. Ya sé, ven conmigo a donde está mi tribu, allí podrás descansar y estar más seguro.
-No, descuida, no hace falta, no quiero causar molestias.
-No serás molestia, una vez explique lo que pasó, todos te recibirán con mucho gusto, vamos, vamos.
Ryohan es empujado por el chico lobo, y ahora que lo veía de cerca, notaba la gran diferencia de altura. Pudo ver que tenía buenas intenciones, así que le pidió que lo deje ir por sus cosas y camino a su lado.
-Espera, me vendare mi brazo, no quiero asustar a nadie sin querer.
-No hace falta, vamos. Ya te lo dije; cuando les explique lo ocurrido se calmaran.
Ryohan lo miraba dudoso, pero basado en la expresión del lobo, parecía que en serio no había problema. Él sonrió y una vez envaino y tomó sus cosas, camino a su lado.
-Te va a gustar la aldea, todos se asombraran cuando les cuente lo que paso, sobre todo los niños. Ellos adoran oír anécdotas de cacería y de combates. Pero primero iremos a hablar con mi padre, él es el jefe y hay que reportarse con el cuándo regresamos. Es algo serio, pero es amistoso, ya verás…am, vaya, no se tu nombre.
-Yo soy Ryohan, Ryohan Redcamel, mucho gusto.
-Sabure Claws, igualmente, mucho gusto.
Ambos hablaron sobre lo ocurrido después de presentarse, no parecía que hace solo un momento estaban peleando ferozmente.
Después de un rato, al fin llegaron a donde estaba la tribu.
-Ah, es Sabure, vamos.
Los niños y algunos adultos se acercaron para recibirlo, se veían muy felices de verlo.
-Vamos, tranquilos, no me fui hace tanto. Ha, ha.
-¡Sabure!
-Oh, Dona ¿Qué tal?...oh. Vio extrañado a su amiga quien tenía una flecha lista contra Ryohan.
-¿Quién es él? Nunca vi a nadie así por aquí, y con ese olor.
Ryohan sintió las miradas juzgadoras de todos alrededor, no era habitual ver humanos, mucho menos uno como él. Pero era sobretodo el aroma al que habían aprendido a temer. En ese momento Sabure se puso al frente de él, todos se extrañan de eso.
-Cálmense por favor, sé que tiene un olor similar al de esos insectos, pero no tiene nada que ver con ellos. Es más, me ayudo a matar a uno, y eso que yo lo ataque sin dudar. Dona, por favor baja esa flecha, es un buen tipo.
Dona observaba ah Ryohan sin bajar la guardia, Sabure no era de los que mentían, pero ese olor solo la ponía en alerta. Ryohan camina hacia ella, quedando más cerca de su punto de mira.
-Yo, en serio no tengo la intención de lastimar a nadie. Los ciempiés y yo compartimos olor por ser parte demonio, pero es lo único en común que tenemos…No tienes que ser amable conmigo si no quieres, no te obligare. Pero te aseguro que no soy una amenaza.
Dona pudo notar que no era un truco, pero todo lo que habían pasado hasta ahora no la dejaban calmarse, hasta que vio a Sabure y comenzó a aflojar la tensión de su arco. Antes de poder decir algo, apareció el jefe.
-¿Qué está ocurriendo aquí? Note que algo raro estaba pasando cuando comenzaron a murmurar.
-Jefe Galat. Dice con cierta tensión en su voz.
-Hola padre…Ya regrese.
-Sí, ya te vi…y no viniste solo por lo que veo, hijo.
Fue caminando hacia Ryohan, toda la tribu murmuraba y observaba, hasta Sabure lucía algo nervioso. Galat quedó en frente de Ryohan, quien lucía muy pequeño junto a ese lobo de tono gris claro, no era difícil notar que era él quien estaba a cargo.
-Bueno jovencito, notó que tienes un particular aroma ¿De verdad eres un humano? ¿O acaso eres algo más peligroso que nuestros enemigos?
-…Yo…soy un viajero, nunca eh estado aquí antes y no tengo intención de hacerle daño a nadie, lo juro.
Galat observaba atentamente a Ryohan, quien empezó a sentir cierta presión por parte del jefe. Hasta Sabure lo sentía, nunca había visto así a su padre. En ese momento, alzo sus garras lo suficiente mente fuerte para sonar en el aire, y llevándola hacia Ryohan para sorpresa de todos.
La mayoría aparto la mirada y los más entrenados observaron con escalofríos en todo el cuerpo, Sabure y Dona quedaron atónitos con el resultado final de ese evento. Galat tenía sus garras a milímetros del rostro de Ryohan, quien mantenía una expresión serena. Galat cerró y abrió lentamente los ojos, esbozando una leve sonrisa, apartando así su zarpa.
-Muchacho ¿Por qué no esquivaste mi ataque?
-Porque no sentí malas intenciones, aunque fue un movimiento fuerte estaba controlado. Gracias por creerme.
-Je, je, ay que muchacho. Cálmense, no es alguien de temer…es un amigo.
Todos murmuraban con algo de duda, pero al ver que ambos Claws no eran reacios hacia su nuevo invitado se empezaron a acercar. Los primeros fueron los niños, que se calmaron al ver la sonrisa pacifica de Ryohan. De a poco todos empezaron a acercarse y al notar que era un ser bastante tranquilo, la inquietud se convirtió en curiosidad.
-[Que bueno que ya no me estén juzgando tanto, aunque fue muy rápido].
Entonces Sabure se acerca y le da una palmada a Ryohan, él pensó que fue algo fuerte.
-Ves, te lo dije, les daría gusto verte tarde o temprano ¡Ha, ha, ha, ha!
Ryohan lo mira con una sonrisa dudosa mientras eran rodeados por todos. En eso el jefe trata de controlar el pequeño disturbio.
-Vamos, vamos, ya habrá tiempo para curiosear, vamos a comer. Sabure, ven, tu padre tiene hambre y tú también.
-Yo ya comí, papá.
-Si claro, los ciempiés son comida. Ya, vamos, y tú también muchacho.
-Ah, sí, ya voy. Disculpe las molestias.
Mientras todos van hacia el festín de venado Ryohan nota la mirada de la cierva, no era solo una mirada de desconfianza, también era un semblante de preocupación. Y él creía saber porque.
Llegando a una fogata, le sirvieron un plato de sopa de ciervo, lucía algo extraño, pero al probarlo se dio cuenta de un simple pero buen sabor, y sentía una cierta calidez al ver a todos disfrutando tanto. En ese momento, noto un movimiento, era la razón de su viaje hasta esta zona. Sí, el emblema que brillaba con tono marrón, podría estar cerca de su nuevo portador.
CONTINUARA…
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